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Prólogo
Cómo olvidar esa noche si ella nunca se habÃa sentido tan húmeda, ni él tan querido.
Cómo dejar de recrear sus caricias y sus tocamientos mutuos.
Recordarlo tan solo conseguÃa revivir la pasión y volverse a excitar.
Demasiado calor para ser invierno.
Ambos deseaban pasar página, pero ansiaban aún más volverse a encontrar, al menos una vez. Quizás la última.
Mientras esperaban, solo la imaginación conseguÃa que sus manos recorrieran sus propios cuerpos, a la vez que cerraban los ojos y trataban de convertir en realidad los orgasmos que tanto placer les habÃan dado.
No era lo mismo. Era imposible simular la lengua del otro lamiendo sus sexos. Esos mordiscos entre labio y labios.
Disfrutar del recuerdo era la única forma, la única forma de volver a rozarse la piel, la única forma de volver a ser uno solo. Un solo, salvaje e irrepetible sentimiento, absolutamente desenfrenado.
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David GarcÃa MarÃn
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