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  • Foto del escritorDavidgmescritor

+ 18 - Demasiado calor para ser invierno - Erótica - Parte 2


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II


El agua seguía derramándose sobre el cuerpo desnudo de Sophie.

Los recuerdos dejaron de inundar su mente, mientras deslizaba las manos por su piel, como si ello pudiera curar sus heridas. Lo que vino después.

Se observaba a sí misma en el espejo, a través de una mampara de cristal que le separaba del resto del baño. Había cambiado tanto que, a veces, le gustaba mirar su reflejo e intentar descubrir a esa chica fuerte pero inocente que había sido hacía apenas tres años.

Su cuerpo también había cambiado. Y mucho. Aquellos pechos pequeños, a los que nunca había prestado demasiada atención, se habían vuelto firmes y habían aumentado su tamaño. No eran especialmente grandes, pero Sophie lo prefería. También Michael.

Aún recordaba cuando él se lo repetía cada vez que hacían el amor. Cada vez que empezaban a besarse, él acababa bajando lentamente por su barriga, al tiempo que besaba la piel en dirección a su ropa interior. Luego le acariciaba los pezones y empezaba el descontrol.

Definitivamente, ahora le encantaba su cuerpo, y todo lo increíblemente excitante que podía hacer con él.


Hacía relativamente poco, había probado el sexo oral.

Como de otras tantas cosas, se arrepentía de no haberlo hecho antes.

Era uno de esos detalles que tanto echaba de menos del sexo, sentir la lengua de Michael recorriendo los alrededores de su entrepierna. Él la provocaba, aguantando la tensión hasta que no pudiera más.

A ambos les encantaba llegar al límite.

Luego, cuando la lubricación indicaba que el cuerpo de Sophie lo suplicaba, él empezaba a lamer su clítoris y ella gemía. Gemía tanto como podía.

Era una sensación de placer absoluta.

Aún recordaba esas primeras escapadas en las que cada nuevo encuentro era una nueva experiencia. Siempre iba a más.

Pronto, ella empezó a poner de su parte y decidió sorprenderle. Creía injusto que fuera siempre él quien la excitara.


Habían pasado apenas minutos desde que había decidido no seguir recordando todo aquello cuando Sophie volvió a cerrar los ojos y mantuvo el agua de la ducha en una posición que le permitiera la libertad necesaria con la que poder mover sus dedos repetidamente.

Mientras lo hacía seguía pensando...


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David García Marín

Todos los derechos reservados.


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